En todos mis posts te hablo sobre estrategias o ideas que te pueden ayudar en algún aspecto concreto de la fotografía, especialmente en la de larga exposición que es el leitmotiv de FotoBulb.com. Pues permíteme que en este artículo te dé uno de los consejos que considero más importantes: hagas el tipo de fotos que hagas, no olvides nunca que las haces para transmitir algo especial.
Las fotografías necesitan un alma, esa que les transfieres cuando coges la cámara y disparas porque sientes algo, sea la emoción que sea, tanto si es buena como mala. En cierta manera, es como si parte de ti quedara atrapado para siempre en las imágenes que capturas.
Puede que principalmente hagas fotos familiares, puede que solo las hagas durante tus vacaciones, puede que te guste la fotografía de paisaje, la social o las nocturnas. Da exactamente igual. Estoy absolutamente seguro de que quieres que tus fotos despierten en las personas que las vean las mismas emociones que has sentido tú cuando las has tomado.
Prueba a hacer un simple ejercicio: coge cualquiera de tus imágenes de la que no estés especialmente orgulloso/a y trata de recordar lo que sentías cuando la tomaste. Probablemente no seas capaz de recordarlo porque en realidad no sentías nada especial en ese momento.
Ahora haz el ejercicio opuesto: observa una de tus fotografías preferidas y piensa en lo que sentías. Seguramente no tengas ningún problema en evocar aquellas sensaciones de nuevo.
Como estás viendo, en este post te voy a hablar de sentimientos, pero, en primer lugar, permíteme que te cuente una experiencia que me sucedió hace no mucho.
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Guíate por tus sentimientos
Hace muy poco me ocurrió algo que me hizo reflexionar sobre mi relación con la fotografía. Había planificado un atardecer en la zona del embarcadero de La Albufera (Valencia). Si no lo conoces, decirte que La Albufera es un parque natural que se encuentra al sur de Valencia, cuyo centro es un enorme lago prácticamente pegado al mar Mediterráneo y rodeado por una enorme extensión de arrozales. Debido a la abundancia de agua y humedales en la zona y, también, a las cálidas temperaturas de Valencia ya te podrás imaginar la cantidad de fauna y flora que habita en este lugar: multitud de especies de aves (patos, garzas, águilas, pelícanos…), insectos, peces, plantas… Vamos, que es una zona espectacular donde la vida rebosa por todas partes.
Pues bien, para llegar al lugar en cuestión fui por la carretera CV-401, ya que, desde donde yo vivo es el camino más corto. Esta carretera comunica los pueblos del sur de Valencia con las playas y, para ello, transcurre por mitad del parque natural entre los campos de arroz.
El trayecto por este camino es precioso, pero también es cierto que, debido al elevado tráfico que circula por aquí, es bastante frecuente encontrar animales muertos en las cunetas.
¿Y qué me encontré precisamente ese día? Pues sí, igual que me había ocurrido otras muchas veces, ese día pasé junto a un ave muerta. Sin embargo, a diferencia de en otras ocasiones, en este caso el animal se conservaba en perfecto estado, parecía como si el accidente que había terminado con su vida acabara de suceder.
El animal en cuestión era una gallineta común o polla de agua (gallinula chloropus), cuyo plumaje de color marrón denotaba que se trataba de un ejemplar joven.
Otros muchos animales, al igual que este, mueren diariamente por el impacto que genera el ser humano en el ecosistema en el que viven. De manera que, en ese mismo momento, surgió en mí un doble sentimiento de tristeza y culpabilidad, ya que, yo podría haber sido perfectamente quien lo hubiera atropellado.
Pues bien, después de pasar junto al ave continué conduciendo. No me detuve, simplemente continué conduciendo hacia el lugar al que me dirigía. Pero, pese a ello, la imagen de esa gallineta continuaba en mi cabeza.
No sé cuánta distancia recorrí hasta que finalmente decidí pararme. Pero, sí que recuerdo perfectamente que durante todo ese tiempo no cesó de crecer en mi interior algo que me pedía a gritos que me diera la vuelta. No dejaba de preguntarme: «¿para qué hago fotos?», «¿qué sentido tienen las fotos que hago?». La respuesta estaba clara, aunque me costó un poco responderme: «hago fotos para expresar mis sentimientos, pensamientos y emociones». Entonces, si en aquel momento sentía tristeza y culpa por lo que acababa de suceder, ¿cómo no iba a fotografiarlo para tratar de visibilizar esa realidad cotidiana e ignorada?
Y eso es lo que finalmente hice: me guie por mis sentimientos y me di la vuelta para dirigirme de nuevo al punto en el que yacía aquel animal sin vida.
En aquel momento me daba igual que tuviera planeada una sesión de atardeceres (obviamente porque no había quedado con nadie más), lo único que quería era registrar con mi cámara aquello que estaba sintiendo.
Trata de plasmar lo que sientes
Entonces ya solo faltaba decidir cómo iba a realizar las fotografías. Mi intención no era solo tomar unas imágenes del ave muerta en la calzada, quería mostrar también el modo en el que ese animal, al igual que muchos otros, había muerto debido a los vehículos que atraviesan su hábitat.
Así que, como puedes observar, decidí utilizar la larga exposición para plasmar de un modo más abstracto el motivo de la muerte del animal.
Cogí la cámara, el trípode y un filtro de densidad neutra de 10 pasos, ya que, todavía había muchísima luz. Me coloqué fuera de la carretera a la altura en la que estaba el cadáver (sin correr ningún riesgo, por supuesto). La idea que tenía era conseguir capturar las estelas de los coches que pasaran junto al ave, de manera que quedara patente el movimiento de los vehículos (no quería capturar imágenes estáticas).
Esas líneas extrañas que ves en las imágenes anteriores son los reflejos de las llantas de los coches al pasar. Al incidir el sol sobre ellas, el metal de estas genera unos brillos que oscilan de forma periódica conforme gira la rueda del coche.
Asimismo, como estás pudiendo comprobar, los colores que aparecen en las fotos son muy apagados. Esto es algo totalmente premeditado, ya que, yo me sentía así en esos momentos, era precisamente lo que quería transmitir. De hecho, realicé también algunas tomas a varios coches con colores más vivos (rojo y amarillo), pero no me convencieron porque no transmitían la sensación que yo quería.
Al final de este artículo te dejo una última fotografía de esta serie que todavía no te he mostrado. Luego te diré el porqué.
4 ventajas de hacerte consciente de tus sentimientos
Como has visto en la historia que te acabo de contar, algo que siempre trato de hacer es preguntarme a mí mismo qué sentimientos tengo cuando estoy con la cámara. De hecho, intento tenerlos muy en cuenta de cara a decidir cómo planteo las fotografías.
Sé que todo esto puede parecerte un tanto difícil de llevar a la práctica, sobre todo, porque lo relacionado con las emociones siempre es un poco difuso. No obstante, te puedo asegurar que si lo intentas conseguirás que:
- El mensaje que transmitan tus imágenes se verá reforzado al ir en consonancia con lo que sientes y/o piensas. Existirá una coherencia entre tus sentimientos y las imágenes que tomes. Piensa que si tratas de transmitir algo que realmente no sientes te arriesgas a que la gente se dé cuenta o a qué perciba algún tipo de incoherencia en tus imágenes. Por este motivo, te recomiendo totalmente que no finjas ni trates de expresar algo que no sientas o creas de verdad.
- Sean como sean las fotos que obtengas (siempre hay días en los que las cosas salen mejor que en otros), estas siempre serán un reflejo de ti. Personalmente me ha pasado muchas veces que he hecho una foto que tal vez no sea espectacular, pero para mí tenía algo especial, ya que, reflejaba exactamente lo que quería transmitir en esos momentos. Fotografiar es, en cierta manera, como escribir un diario. Así como cuando redactas un diario personal solo escribes lo que sientes o piensas y, como es normal, hay días en los que tu redacción es más lúcida que en otros, cuando fotografías sucede exactamente lo mismo: cada fotografía que haces, sea mejor o peor, cuenta parte de tu vida, forma parte de ti.
- Aunque la escena que estés fotografiando sea algo súper conocido que muchísimas otras personas fotografían habitualmente, el hecho de plantearte la foto teniendo en cuenta tus emociones te ayudará a darle un toque mucho más personal. Lograrás que tu trabajo se diferencie del resto.
- Por último, todo esto te ayudará a mejorar tu creatividad y a desarrollar un estilo propio. Además, verás que también puedes utilizar tus sentimientos como fuente de inspiración, ya que, al tenerlos presentes te surgirán ideas que podrás aplicar en tus fotografías.
Resumen
Todo lo que te he dicho en este post se resume muy bien en esta frase: trata de conseguir que tus imágenes, además de ser atractivas, despierten alguna emoción en quien las vea.
Obviamente, habrá muchas ocasiones en las que no lo logres. No te preocupes por ello porque es totalmente normal. De hecho, es algo que yo tampoco consigo siempre, ni mucho menos. Pero si incorporas esta idea a tu proceso creativo te aseguro que, con el tiempo, verás como tus fotografías empiezan a transmitir cosas que hasta ahora no lo hacían.
Pruébalo y me dices. Además, ten en cuenta que es un ejercicio que te ayudará mucho a mejorar tu creatividad.
Serie de fotografías
Para acabar, tengo todavía pendiente enseñarte la última foto que pude tomar de la gallineta atropellada. Y es que al final pasó lo que tenía que pasar: un coche volvió a pasar por encima del ave.
Te voy a ser sincero/a, es una imagen que he tenido dudas, y de hecho todavía las tengo, sobre si es adecuado mostrarla, ya que, tal vez puede parecer un poco explícita (aunque realmente no se aprecia nada concreto en ella). No obstante, finalmente he decidido ponerla porque considero que refleja bien el hecho que quería visibilizar con este trabajo y permite cerrar perfectamente la serie.
¿Qué te ha parecido? Me encantaría leer tus comentarios tanto sobre el post como sobre las fotos que te he enseñado.
Buff. Que mal rollo. Pero al fin de cuentas, la fotografia va precisamente de contar historias. Y algunas historias son tristes. Enhorabuena y gracias por el post. Un saludo
Hola Jorge, muchas gracias por tus comentarios. La verdad es que en ocasiones las historias que vivimos no son alegres, pero, al fin y al cabo, también son cosas que sentimos y me pareció interesante compartirlo.
Muchísimas gracias por leerte el post y te prometo que el próximo irá de otro rollo bien distinto. 😉
Un saludo,
Toni
Muy bien explicado! Es un aporte a la sensibilidad que debe tener el fotógrafo. Muchas gracias.
Hola Eduardo, este artículo es un ejemplo de una de tantas situaciones inesperadas que te encuentras cuando sales a fotografiar y ante las cuales, de forma consciente o inconsciente, siempre tomamos una decisión de cómo actuar. Personalmente, mi manera de actuar suele ser la de dejarme guiar por los sentimientos o emociones que tenga en cada momento. Dicho esto, es cierto que de ese modo mis imágenes pueden perder objetividad, pero con ello consigo ofrecer una mirada más personal sobre lo que fotografío, algo que para mí compensa lo primero. Me alegro mucho de que te haya parecido interesante el… Leer más »